Carraovejas, una bodega con vistas
Con vistas a Peñafiel y a su castillo, así es Carraovejas la mires por donde la mires. Vistas desde el jardín, vistas desde la terraza, desde el mirador y hasta desde las oficinas. Pero si sobrecoge por fuera, más impresiona por dentro.
Al recorrido por la bodega no se le escapa detalle: la modernísima nave de elaboración con sus depósitos por gravedad, la impoluta sala de barricas con sus recovecos y sus altos en el camino para una cata de vino, el laboratorio, la terraza, el jardín, el viñedo… y como colofón, el restaurante: Ambivium. O cruce de caminos. Curioso nombre, en verdad una encrucijada, de lo difícil que nos ponen elegir. A la carta, a la parrilla o el menú degustación. Un maridaje, un tapeo… Infinatas propuestas gastronómicas y todas apetecibles. Y luego los vinos. Pago de Carraovejas, Cuesta de las Liebres o el Anejón por descontado, pero también otros muchos vinos, nacionales e internacionales. Una carta de vinos tan extraordinaria como las vistas. Tómense su tiempo y disfrútenlo.