Ismael Arroyo y Valsotillo, historia viva de la Ribera
Nos llama el viñedo, pero nosotros preferimos perdemos por las bodegas subterráneas. Ismael Arroyo es visita obligada. Por muchas razones.
Primero, porque son uno de los pioneros de la Ribera y la llevan en la sangre, segundo, porque sus bodegas son un tesoro bajo tierra que cuentan la historia de todo un pueblo de viticultores.
Pero también porque es buena gente, porque hacen buen vino, y sobre todo, porque Ramón es un libro abierto. Le gusta hablar de lo suyo y de su entorno, de las tradiciones, de los usos y costumbres.
Nos cuenta a dónde va su vino, que le ha salido viajero, pero sobre todo de dónde viene. Y lo hace con viejas palabras castizas castellanas, desusadas.
Afortunado el que llega a Valsotillo y puede recorrer con él metros y metros de pasillos a veinte metros bajo tierra, bajo la ermita de San Jorge, uno de los atractivos de Sotillo de la Ribera. Un pueblo curioso, por cierto, con mil zarceras, mil lagares, más de veinte peñas y cinco ermitas dispuestas en forma de cruz.
Ismael Arroyo, Sotillo de la Ribera, D.O. Ribera del Duero