Pago de los Capellanes, la perfección perfeccionada
Ancha es castilla, atravesamos sus campos solitarios, su paisaje de cerros y suaves colinas, ya en la provincia de Burgos, hasta llegar a Pago de los Capellanes. Ahí está Enrique, esperándonos junto a los nogales centenarios para dispensarnos una cálida bienvenida. Nadie como él para hacernos descubrir los secretos de los Capellanes, de su viñedo y de sus vinos.
El secreto de la bodega no es otro que la calidad y el cuidado hasta en los últimos detalles. Perfeccionar lo que ya es perfecto parece ser el lema de la familia Rodero Villa.
El secreto del viñedo es el conocimiento exhaustivo de los suelos. Unos suelos de arcilla, grava y arena en la Ribera que nos brindan vinos tan exquisitos como Pago de los Capellanes, Parcela el Nogal y Parcela el Picón. De los suelos de pizarra y granito de Valdeorras, también de la familia, nace O luar do Sil, vinos blancos de godello, complejos y minerales.
Seguimos buscando el secreto de sus vinos en la nave de elaboración, donde cada vino tiene su depósito y su particular forma de vinificación. Lo buscamos también en la sobrecogedora nave de barricas. Entramos en la nave subterránea como si de un templo se tratara. Un templo atemporal, hecho de hormigón, vidrio y madera. Y encontramos allí el secreto, durmiendo en el interior de las mejores barricas francesas.
Aún con el alma sobrecogida, subimos a la superficie para encontrarnos de nuevo con la asombrosa vista del viñedo. Y es aquí, ante este maravilloso escenario, donde descubrimos por fin la suma de tanto secreto en una copa de vino de finca el Picón, lo mejor y más selecto que ofrece Pago de los Capellanes. Sumamente sedoso, redondo e intenso. Elegante y sereno, como la bodega.
Pago de los Capellanes, Pedrosa de Duero, Ribera del Duero