Vidal Soblechero, el Verdejo auténtico
Llegamos a Vidal Soblechero, en la Seca, atraídas por las artes cetreras de Vidal. Queremos ver sus halcones sobrevolando los viñedos, pero lo que nos espera supera con creces nuestras expectativas: una clase práctica de viticultura.
Junto a Vidal y su hermana Alicia, recorremos parte de las 42 hectáreas de majuelos (como gustan los secanos de llamar a los viñedos), repartidas por la Seca. Nos llevan derechas al Infierno o, si preferís, a Buenavista que con los dos nombres se conoce el pago: apenas media hectárea de canto rodado y de arena, plantada con la variedad Verdejo. Le siguen a éste más pagos, unos calcáreos, otros arcillosos, unos más viejos que otros, pero la mayoría en vaso. Cada uno da un vino distinto y de edición limitada que tenemos ocasión de catar para observar las diferencias. Los vinos son como ellos, francos, expresivos y profundos. Reflejan, como ellos, la tierra que les vio nacer ydesvelan todo el potencial del suelo.
Ecológicos por convicción, reivindican la viticultura antigua, la de sus padres. Que hacían caso de la luna sin hablar de biodinámica. Que instalaban reservorios para la fauna útil, manteniendo la biodiversidad y el equilibrio en el campo. Que protegían las viñas de heladas y depredadores, con medios y recursos naturales. Que utilizaban levaduras autóctonas y que, en cada generación de viñas, seleccionaban las mejores. Reivindican el auténtico Verdejo.
A donde quiera que vamos, nos sigue una bandada de estorninos. Naturaleza en estado puro.
Regresamos con ellos a bodega, entusiasmadas y convencidas de que La Seca esconde muchos secretos. Muchos de ellos, los guardan y los comparten Vidal y su hermana Alicia.
Vidal Soblechero, La Seca, D.O. Rueda
Créditos de fotografías: María Fernández, sevillana de origen, vallisoletana de adopción.