Legaris, una imponente pinacoteca
Estratégicamente ubicada frente al castillo de Peñafiel y a las puertas del valle del Cuco, Legaris es como una imponente pinacoteca, en la que los cuadros constituyen el paisaje magnificado desde el interior. La visita a la bodega tiene más de lúdico que de didáctico y la verdad, se agradece. Hay paneles explicativos para quien tenga ganas de ilustrarse y además por libre. Los demás, a disfrutar de la compañía de Belén, del paisaje que ofrecen los ventanales de esta práctica bodega en forma de cruz, del jardín zen y sobre todo del wine bar.
Una barra de bar que ofrece facilidades para probar todos los vinos de la casa, incluido el verdejo elaborado en Rueda. Interesante la cata comparativa del crianza y del reserva. E imprescindible catar Calmo, un vino “de lágrima nocturna” (elaborado sin prisas con el vino escurrido durante una noche, gota a gota, a través de la pasta de hollejos, después del descube y antes del prensado), intenso y sabroso.
Si vais a Legaris, que sea para disfrutar de las vistas (¡no os perdáis la vista desde la terraza!), de sus vinos y de la elegancia heredada de la casa madre, Codorniu. Una elegancia que, por cierto, impregna hasta al viñedo, ¡el más esbelto que he visto yo en La Ribera!
Legaris, Curiel de Duero, Ribera del Duero